lunes, 14 de septiembre de 2009

¿REGRESA QUIEN JAMAS SE HA IDO? – VIVIAN BLACK


El flash disparaba frenéticamente una y otra vez, el silencio de la habitación solo era roto por los pasos del fotógrafo y el sonido mecánico de su cámara. En la calle, ajena a lo que sucedía, la gente iba y venía ocupada en sus cosas. Los ojos de la mujer desafiando la exposición a las luces permitían imaginar que veían mucho más que lo que aparentaban ver. Sus movimientos cambiaban lentamente y en cada uno de ellos podía adivinarse la simpleza de quien no debe fingir para obtener una imagen deseada, eran los movimientos naturales de quién solo se muestra como es, sin ideas armadas o estereotipadas. Conforme cambiaba su vestuario la impresión de que estaba más viva que nunca fue decididamente una certeza a todas luces irrefutable. ¿Puede regresar quien jamás se ha ido?, me pregunté y esto amerita algunas apostillas para entender el objeto de lo que intento explicar. Si bien una década ocultó a Vivian Black de sus seguidores y la tuvo ausente de los escenarios y de toda manifestación artística, no puedo llamar regreso a esta Vivian Black que vuelve por más. En todo este período extenso, aún sin continuar con su trabajo, su álbum “Against The Paradise”, sus videos y sus notas no cesaron de mover a seguidores y detractores. Puede decirse inequívocamente que ha sido tan intenso el legado Vivian Black que amada u odiada jamás podrá ser ignorada. Considerando que en el momento de su irrupción en la escena la difusión del arte no contaba con las herramientas hoy existentes hay que reconocer que difícilmente muchos hubieran podido atravesar fronteras, llegar a tantos lugares del mundo y sacudir la cabeza de tantos como ella hizo. No hubo alguien que la precediera ni tampoco que continuase con su legado. En Argentina, país chauvinista por excelencia y censor por naturaleza existió y existe una sola Vivian Black. Lo que en el resto del mundo hubiera sido tomado como una manifestación artística más, aquí fue sometido al “Malleus Maleficarum” de la hipocresía y el rechazo a lo diferente, (aunque cada uno de los detractores de su obra haya asistido asiduamente a reproducir sus videos una y otra vez …). Detrás de todo lo que cada uno quiera ver e interpretar sobre Vivian Black, existe una mujer que razona, siente y ha vuelto a alzar sus brazos para ir en pos de lo que siente. Por eso vuelvo a preguntarme, ¿Puede volver alguien que jamás se ha ido? … La respuesta es si y no. No porque Vivian Black se ocultó en el silencio cansada y agobiada de una sociedad intolerante y machista, pero su obra no se detuvo, no desapareció. Y si, porque esos ojos que no parpadeaban ante el flash miran hacia delante … el hoy, y el mañana. ¿Ha cambiado esta sociedad huérfana de amplitud para recibir lo que hace unos largos años le escupió en la cara?, creo que no interesa, solo puedo asegurar que si de tomar el cetro que dejó vacante se trata, Vivian Black está de regreso. Sería gratificante que entendamos lo que es una expresión artística y que nos limitemos a tomarla o dejarla según el gusto, pero no atravesemos la delgada línea de la ignorancia al ser categóricos en criticar lo que no entendemos. Cuando el flash descansó, cuando la luz del día volvió a inundar la habitación… miré una vez más esos ojos e intenté adivinar que buscaban. No lo conseguí, pero la dueña de esa mirada puedo asegurarles que lo tiene muy resuelto.


Texto: Peppe Headless


Fotos: Andres Violante